MEDICINA INDIVIDUAL Y MEDICINA SOCIAL

En siglos anteriores, la relación médico– paciente duraba lo mismo que duraba una hora de cita; no había interés por parte del tratante de conocer las condiciones sanitarias o económicas en las que vivía su paciente, y por lo tanto, era incapaz de darle la información adecuada para prevenir las enfermedades o infecciones a las que este se veía propenso.

Además, solo podía atenderlo si este contaba con los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades lucrativas. Con el paso del tiempo, en la actualidad, se ha creado el enfoque a la salud social o comunitaria, en la que el médico utiliza sus conocimientos para tratar a toda una comunidad, buscando mejorar la calidad de vida de todo el que lo necesite sin importar sus posibilidades económicas.

La medicina individual es el diagnostico y manejo de determinada enfermedad (cualquiera que esta sea) enfocada hacia la perspectiva individual, es decir, a un único individuo en un momento específico. Toma poco en cuenta aspectos relacionados a problemáticas sociales, económicas, e incluso ambientales que el individuo pueda o no estar experimentando, centrándose en el único hecho de que el paciente solicite de su servicio y pueda adquirir económicamente una consulta.

Por supuesto, la ventaja de ésto es que los médicos obtienen ganancias más altas, y en cuanto al trato con el paciente pueden atenderlo con la mayor eficacia instantáneamente.

Sin embargo, aunque ofrezca una tecnología más avanzada para el tratamiento de la patología, no tiene como objetivo principal el averiguar su origen o causa, al igual que las condiciones socioeconómicas del individuo, o si vive en un lugar con óptimas condiciones para el mantenimiento de su salud. Sólo le importa la cura momentánea de la enfermedad, evitando buscar soluciones preventivas que den mejor calidad de vida a su paciente.

La distinción de Medicina Individual y Medicina social surge debido a dos etapas históricas en el desarrollo total de la teoría y de la práctica médica, hacia el siglo XIX el sistema individual era el predominante, y, la medicina social, en mayor o menor medida, en leve o mediana intensidad dependiendo de la región, empezó intentar suplantar a la medicina individual en el siglo XX.

Durante este siglo se comenzó a hablar sobre esta medicina y paso a ser un primer plano en el tema de atención de primera del paciente, siendo esta la respuesta a muchas incógnitas y problemas de salud que afectaban a las grandes ciudades de aquella época y que antes no habían sido resueltas.

Es el diagnóstico y manejo de la enfermedad desde el punto de vista social y colectivo, la medicina social abarca también la epidemiología (desarrollo e incidencia de las enfermedades en la población) y la organización de servicio de salud, tiene como objetivo la aplicación del saber para vencer la enfermedad, ya sea descubriendo y eliminando sus causas específicas, como también mantener la salud pública.

Aunque ésta sea prácticamente más ventajosa para la comunidad en todos los aspectos (accesibilidad económica, buen trato, saber que cuentas con un médico que se preocupa por ti y tu entorno) cuenta también con desventajas, entre ellas el social el medico va a depender de un establecimiento, habrán menores ganancias por parte de cada profesional que participe, y que presentará mayores cargas de trabajo al adquirir la responsabilidad del tratamiento de la comunidad.  

Sin embargo, y al final del día, no importa qué tipo de consultorio se tenga mientras se realmente le preocupe el bienestar profundamente y no se limite a una simple consulta, que vea más allá e intente darle a su paciente el trato que se merece, ya que al existir un trato distante entre el médico y el paciente, causa desagrado e incomodidad al no generar la confianza necesaria que debería existir en profesionales de la salud, haciendo la consulta poco placentera y cálida (más si la persona tiene fobia a clínicas). 

Por lo tanto, tengamos como meta ser los mejores, no solo para nuestra satisfacción personal, sino para nuestros pacientes.