5. Estética de los mayas.
Hace 2500 años, los mayas tenían un conocimiento avanzado de la odontología. Mientras que en la actualidad las personas buscan tener dientes brillantes, para los mayas un simple tono más claro no era suficiente, por lo que pedían a sus dentistas incrustar joyas preciosas en sus coronas e incluso optaban por darle una forma distinta a sus dientes para obtener una apariencia extravagante.
Sin embargo, a pesar de la rareza de su tradición, los mayas tenían habilidad en su trabajo ya que podían perforar una cavidad tan grande en la cara vestibular de un diente sin romperlo.
4. Odontología callejera.
En el año 1800 (todavía) no había tal cosa como una profesión dental propiamente dicha, por lo que el trabajo de extracciones recaía en personas que tuviesen las herramientas necesarias, es decir, barberos, herreros, e incluso jardineros, que se situaban en medio de la calle a ejercer el trabajo de un odontólogo sin conocimiento alguno de lo que hacían. ¡Y nosotros matándonos estudiando!
Por supuesto, a medida que avanzó el tiempo y comenzaban a surgir profesionales de la salud, se enfurecían al ver barberos que seguían ejerciendo su trabajo.
¡Sin embargo, quién diría que en nuestro país todavía siguen esta tradición!
3. Métodos del tatarabuelo para aliviar el dolor.
No existe nada peor que un dolor de muelas. En ocasiones, es tan fuerte que haríamos cualquier cosa por detenerlos. Nuestros ancestros no eran diferentes, pero no tenían el mismo conocimiento que tenemos en la actualidad. Así que como se imaginan, llevaban a cabo métodos bastante "creativos" para aliviarlos.
Antes se creía que el dolor en los dientes era causado por gusanos que se infiltraban en la cavidad bucal, y que podías eliminarlos con agua hirviendo. Otro método consistía en decir unas palabras mágicas e intercambiar fluidos salivales con una rana (¡inimaginable!), mientras que los más valientes optaban por perforar la encía con clavos hasta que se sentían seguros de haber matado a las bacterias que causaban su dolor (peor sería la cura que la enfermedad) o simplemente arrancaban sus dientes con alicates o hilos.
2. El consumo de "Montain Dew" en Estados Unidos.
En regiones apalaches de los Estados Unidos, la mayoría de habitantes son extremadamente pobres y están insolados geográficamente. Debido al precio, sabor, nivel de azúcar, cafeína, y probablemente otros factores, el Montain Dew es su bebida oficial. Se ha convertido en una parte tan integrada de su cultura que la gente de todas las edades la bebe prácticamente todo el tiempo en lugar del agua. Esto ha causado una seria crisis dental en la región. El daño que ha causado en la estructura dentaria es tan severo que la infección tiene su propio nombre: "boca de Montain Dew".
Políticos han incluso sugerido resolver la problemática prohibiendo la venta de refrescos.
1. Los primeros cepillos de dientes.
Aunque antes no contaban con las mismas comodidades que tenemos, nuestra especie siempre ha intentado mantener sus dientes limpios. La evidencia reside en que los egipcios usaban cepillos hechos de ramas para cepillarse, y más sorprendente aún, al ser tan efectivos como los cepillos dentales modernos, hay muchos países en el mundo donde siguen utilizándolos (con variaciones de canela o azadiratcha índica).
El próximo objeto "cercano" a un cepillo dental fue hecho en China. El mango estaba hecho de bambú y tenía hordas para la limpieza del diente. Mientras que para la pasta, el proceso fue más largo, puesto que no siempre hemos contado con el indistinguible sabor a menta, sino que la gente solía hacer mezclas de barro, cenizas, cáscaras de huevo, y huesos triturados que de ninguna manera pondríamos en nuestra boca. ¡Y algunos dicen que no hemos evolucionado!
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